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El A-6 Intruder entró en servicio a mediados de la década de 1960 para reemplazar aviones más antiguos como el Skyraider con motor de pistón y el Skywarrior como avión de ataque con base en portaaviones. Luego, Grumman desarrolló según las especificaciones estadounidenses. Armada el A-6A, un bombardero táctico biplaza y bimotor “para todo clima” capaz de operar desde portaaviones. El así llamado Intruder se caracterizaba por un fuselaje robusto y macizo y por la configuración de la cabina con dos asientos uno al lado del otro para el piloto y el oficial de sistemas de armas. El A-6E fue la versión mejorada, respecto a los anteriores “Intruders”, en términos de aviónica y sistemas de armas lo que permitió un mejor funcionamiento en todas las condiciones climáticas y una mayor efectividad en la identificación y supresión de objetivos, especialmente en las versiones “TRAM”, de el acrónimo del sistema de designación de objetivos terrestres por láser. En particular, sus pilones debajo de las alas podrían transportar una carga ofensiva significativa, incluidas bombas convencionales, bombas Paveway guiadas por láser, misiles antibuque Harpoon o misiles antirradar Harm. En 1991 participó activamente, tanto desde bases terrestres como desde portaaviones estadounidenses, en la Operación Tormenta del Desierto.
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